domingo, 28 de agosto de 2011

Hace 8 años




Yo llevaba puesta mi cafarena color amarilla de "Adidas" que tanto me gustaba usar. Te esperaba en la esquina del "colegio de los especiales". No estaba nerviosa. Para nada.
Apareciste tú, mucho más delgado de lo que estas ahora, con el cabello más corto, y con los mismos lentes.

No se por qué accediste a venir, no sacaste provecho de nada. No tenía nada que robar ni nada que enseñar, no tenía nada que me pudieras quitar ni nada con lo que pudieras fantasear.
Yo en cambio esperaba un secuestrador, un violador enfermo ... y resulta que no me equivoqué (=9).
Incluso dejé escrito en mi cuaderno dónde iba a estar y con quién para que dado el caso de que no apareciera te fueran a buscar. No creo que hubiera dado muchos resultados.

Esa noche pasaste la peor prueba: tuviste que soportarme en mi peor etapa de adolescente enamorada/despechada y tonta.
Tomaste vino barato de una caja en una esquina, soportaste a mi amiga la insoportable y su amiga la muda, caminaste horas de horas cuando ahora sé que no te gusta caminar, te obligaron a abrazarme y a parecer pareja ante los ojos de extraños, y al final ni una sola recompensa.

No sé cómo logré que aún me conservaras en tus contactos del messenger.
No sé cómo no me mandaste al carajo como usualmente lo solemos hacer.
Creo que después de eso ya habíamos visto lo peor.

Hace 8 años me "cagaba" de miedo por conocerte.
Ahora lo tomo como cosas del destino, disfrazándolo de cuento de hadas.
Y por alguna extraña razón, hoy me acordé de este aniversario.
Cuando resulta ser el número mágico.

martes, 16 de agosto de 2011

Puedo ...

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.


Hace muchos años yo me sabía este poema de paporreta.

Aún puedo recordar algunas frases.

Era muy pequeña para entenderlo.

Ahora de grande me gusta.

No sé si porque me lo hicieron aprender a cocachos.

O porque ya en ese entonces me gustaban las letras.