The Break Up

Terminamos.
*sad face*

No soy yo, eres tu.
Últimamente yo ya no era la única.
Si antes eran varias las muchachas que te buscaban, hoy ese numero ha incrementado desmedidamente.
Ya no me siento especial.

Muchas risitas tontas, muchas mujeres sexys.
Ahora les das cabida a todas.
Maduras y púberes, gordas y delgadas, pobres y adineradas, níveas y mulatas.

Playa…

¡¡Tu y yo hemos terminado!!

Que desgracia es ir a la playa.
Cada día peor.
Ahora no sólo el sol hace que te retires a prisa en busca de una sombra y una bebida.
Ahora están: el grupo de amigas que van a la playa solo para tomarse fotos juntas tomando sol, los jóvenes en camino a la adultez que se sientan a hablar de sus grandes trabajos y de cómo invierten en la bolsa, las niñas que se divierten cuando tu esperas que llegue tu bebida mientras tu estomago empieza a rugir, la gente que grita tener el suficiente dinero para conseguir una casa a orillas de la playa.
¡Que desgracia!

Recuerdo cuando de pequeña rogaba para que nos quedaramos un rato mas mientras revoloteaba por allí “zambulléndome” y buscando muimuis en la orilla.
Nada importaba… ¡Eran días de verano!
Todo (parecía) perfecto.
Solo importaba jugar.

Hoy, a mis 22 años, por primera vez en mi vida quise salir corriendo de ahí (literalmente, incluso recree la escena en mi cabeza).
Había demasiada gente, y aun así me sentía sola.
Mientras recorría las calles todo se sentía tan frío y vacío.
Tan BLANCO.
Todo el lugar era una pared blanca; sin cuadros, sin manchas, sin siquiera paredes de otro color.
Monótono.

Y quien diría que una playa NO es el mejor lugar para tomar fotos de verano.

De ahora en adelante (excepto algunas excepciones) iré a la playa en invierno.
Y alquilare casas de “verano” en invierno.
No me importa.
Solo así podre disfrutar.
(Sin bulla, sin envidia, y sin cebiches de pescado de S/.23)