La Muerte reune familiares.
Es el segundo evento social con más personas.
(Las bodas son más populares porque dan torta)
La Muerte hace las cosas aburridas, para una persona como yo.
Sí, la Muerte trae tristeza, pena, congoja, dolor, lágrimas.
Pero también trae estupidez, huevadas, comportamientos contradictorios e innecesarios, falsedades y caretas.
La Muerte se hace amiga de los graciosos, pues son ellos los que contaran los chistes infaltables en un velorio.
A la Muerte no la alimentan bien, la tienen a punta de café (amargo según algunos) y galletas Field calatas.
La Muerte no tiene oídos, nunca escucha música.
La Muerte se va a dormir a las 10 de la noche.
A la Muerte también le gustan las flores, muchas flores, grandes flores.
Todos odian a la Muerte.
Y algunos esperan la Muerte.
Nadie... entiende a la Muerte.
No la saludan, pero siempre la despiden.
Y cuando llega, todos siempre dicen que no se la esperaban.
Mi Muerte no será la misma.
Ella escuchara música que nadie mas aprobara, vestirá de blanco, olerá a incienso.
Mi Muerte no sera silenciosa, estará cargada de mucha risa.
Aunque tenga que tenga que contratar a un comediante de la calle.
Mi Muerte no estará dentro de una caja, ni sera enviada al olvido de la tierra.
Mi Muerte no quiere flores, mejor den dinero.
Tampoco un cuarto para llorar, ni un hombre vestido de negro al que escuchar.
Me iré como vine, en silencio.
Y estarán solo aquellas personas que siempre han estado.
Nunca rodeada de mascaras, silencios incómodos o sonrisas fingidas.
Ella escuchara música que nadie mas aprobara, vestirá de blanco, olerá a incienso.
Mi Muerte no sera silenciosa, estará cargada de mucha risa.
Aunque tenga que tenga que contratar a un comediante de la calle.
Mi Muerte no estará dentro de una caja, ni sera enviada al olvido de la tierra.
Mi Muerte no quiere flores, mejor den dinero.
Tampoco un cuarto para llorar, ni un hombre vestido de negro al que escuchar.
Me iré como vine, en silencio.
Y estarán solo aquellas personas que siempre han estado.
Nunca rodeada de mascaras, silencios incómodos o sonrisas fingidas.