martes, 23 de junio de 2009

Sopita de pollo: Delirios de una enferma

En circunstancias inesperadas el día sábado me enferme.
Preciso para pasar el día del padre con fiebre.
Lo cual en realidad sucedió.

Una montaña rusa de 37’s y 38’s.
Pero ese día saldríamos a comer carnecita, así que tenia que estar bien.
Me arme con todo lo que pude ponerme del closet, incluyendo una chalina.
A pesar del esfuerzo, y de que ya me sentía un poquito mejor, la carne no valió la pena.
Decepción total. Excepto por los 2 pedazos de anticucho que comí.

En casa hervía y sudaba una y otra vez.
La fiebre no cedía, pero mis defensas tampoco.
Al dormir sentía una piedra dentro de mi cabeza.

Para la mañana siguiente ya estaba mejor.
Dormí sin despertador y sin síntomas.
Llegada la hora me cambie y camine tranquila y sin estrés hacia mi paradero.
Pude dar bien mis exámenes, revisar mis correos, e incluso mandarle el mensaje a T.
Regrese a casa con el sabor de torta en la boca.
Mama me preparo puré y huevo, “para que no te raspe la garganta”.
Recordé que eso me preparaba cuando me ataco la hepatitis de pequeña.

La tarde paso tranquila. Sin Internet. Sin juegos. Ni T.
Ví televisión con mi mama.
Vi C.S.I., y para House ya comenzaba a sentir mi pancita caliente de nuevo.
“Me esta subiendo fiebre de nuevo” fue todo lo que dije.
Otra vez la barrita corría desde el 37 al 38.
Y mama se enfermo también.

Ahora… en mi cuarto escribiendo esto… vuelvo a pensar lo de hace 2 noches atrás.
“¿Y si me agarro la marrana?”
Los delirios varían desde finales melodramáticos de telenovela mejicana…
… a muertes por infección al azar tan solo por divertirme.
Tambien estan los delirios graciosos, los delirios preparados y los incoherentes
Y mientras tirito inconcientemente aprieto el botón “E” en vez del file amarillo.
“Delirios” me digo a mi misma.

Hoy, a las 2:42 de la mañana, un delirio mas fuerte hizo que me levantara de la cama.
Era el 39 que me pedia el segundo Panadol.
Deje de delirar y comence a flotar, posiblemente casi hasta el amanecer.
Luego de sudar y de cambiarme la ropa pude dormir un poco mejor.
Aun con un poco de malestar y con el resiente drenaje de la nariz me fui para clase.
No pude comer nada por precaucion.
Y una tercera pastilla ya nadaba en mi estomago para cuando regrese al carro.

Por fin con Internet y con el T. a la distancia empiezo a deshacerme del bicho.
A ver si mañana si dejo de ir a clases.

5 comentarios:

  1. jajja, yo en tu caso ya estaría en el hospital. Me asustan esas cosas pese a que sé que la vaina no es mortal o que ahora solo se está espaciendo por el norte de Lima, me asusta. Soy un hipocondríaco del demonio. pero algo pasó ese sábado pa domingo. Yo desperté con la nariz fría, súper fría, pero tuve tanto miedo de estornudar que no estornudé, un estornudo hubiera sido mi final.

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  2. creo que la clave es usar cuello de tortuga (?)


    saludos! y cuidate u.u


    pd: yo tambien kiero flotar xD

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  3. Provecho con la enfermedad, muy pastrulo lo que te pasa jajaja.

    Saludos

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  4. Pucha, espero que ya estés mejor. Eso de andar delirando por el mundo no es lo que uno esperaría de la vida.

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